«Mi familia se ríe de mí, Ibrahimovic hundió mi carrera en diez minutos»

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Ibrahimovic luce su cuerpo tatuado. (AFP)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

«Ibrahimovic arruinó mi carrera en diez minutos». Lo dice, resignado y con tristeza, Ryan Shawcross, jugador del Stoke City. Se refiere a su debut con la selección inglesa en el año 2012, en un partido frente a Suecia. Shawcross saltó al terreno de juego en el minuto 80. Sólo diez minutos para acabar. Inglaterra tená el partido bajo control. Los pross ganaban 1-2 en el marcador, pero algo increíble estaba a punto de ocurrir. Porque con Ibrahimovic en el campo uno siempre puede esperar cualquier cosa.

Shawcross respiraba con ilusión sus primeros minutos como internacional, un orgullo para cualquier inglés que se precie. Pero Ibrahimovic agitó su varita mágica para dar un giro copernicano al partido y dejar una de las actuaciones más impresionantes y memorables de su extensa y prolífica carrera deportiva.

Ibrahimovic, genio y figura, se casó un hat-trick –al que habría que sumar el tanto que abrió el marcador), también obra suya– coronado por un auténtico golazo tras ejecutar una acrobática chilena desde casi el centro del campo, que significó el 4-2 definitivo para la selección sueca. Fue apoteósico, histórico, inolvidable, épico. Fue Ibrahimovic en estado puro.

Desde aquel partido Shawcross nunca volvió a jugar con Inglaterra, quedó estigmatizado para siempre por la exhibición de Ibrahimovic. Ahora asegura a The Telegraph que a menudo «soy el blanco de las bromas en mi familia porque los diez minutos que tuve como internacional los arruinó un solo hombre. Me dicen constantemente que Zlatan acabó con mi carrera».

«Me dieron menos de cuarto de hora para demostrar lo que podía hacer y no tuve una buen actuación, pero no creo que muchos defensas hubieran podido pararle porque se trata de uno de los mejores delanteros del mundo», concluye el jugador del Stoke, cuatro años después de la jugada que iba a marcar su carrera, uno de esos inolvidables pósters que Ibrahimovic ha dejado rubricados para la posteridad con sus pies moldeados por un dios.

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